Hacer Biscuits Americanos es una de esas prácticas que te hace perder el miedo a hacer pan. Se considera un pan rápido, ya que no requiere levado, y como resultado te salen unos panecillos hojaldrados con sabor a mantequilla que dejan la casa oliendo que te mueres. Al igual que con las masas de tartas como la galette, son una receta que terminas sintiendo más que siguiendo, y se mejora cada vez que los preparas. Eso sí, empezar con una buena receta es clave para coger bien el feeling y aprender todos los trucos.
Los puedes servir con rellenos dulces o salados al gusto, pero ya que las fresas están de temporada, hoy los he acompañado de un clásico: fresas con nata. En cuanto a la nata no hay misterio más que echarle un poco de vainilla si quieres, pero con las fresas te voy a dar un par de truquillos para conseguir que queden extra jugosas y poder empapar los biscuits con ese sirope de los dioses.
Nota: la receta completa, incluidas las cantidades de los ingredientes, se puede encontrar en la parte inferior de esta página. Simplemente ve hacia abajo o haz clic en el botón «Salta a la Receta» que encontrarás arriba del todo de esta publicación.
¿Qué Son los Biscuits Americanos?
Los biscuits americanos (y especifico americanos porque biscuits en Irlanda y Reino Unido son galletas, cookies en Estados Unidos) son unos panecillos de mantequilla crujientes por fuera y tiernos por dentro, con capas como si fuera hojaldre esponjoso, típicos del sur del país. Se suelen servir para acompañar la cena o bien rellenos para un brunch el fin de semana, como si fueran un bocadillo, ya sea rellenos de algo salado como huevos revueltos y bacon o de algo dulce como las fresas con nata de hoy. Un clásico también es servirlos con mantequilla y mermelada para desayunar.
Diferencia entre Biscuits y Scones
Los biscuits americanos suelen confundirse con los scones irlandeses y británicos, y, aunque se parecen mucho, hay algunas diferencias a nivel de ingredientes y sobre todo de textura.
- Los biscuits llevan buttermilk en lugar de nata o leche como los scones, y llevan mayor proporción de mantequilla que de líquido, lo que da como resultado unos panecillos más ligeros.
- Por otro lado, como vamos a ver, los biscuits americanos se hacen laminando la masa (no te asustes, que es un laminado facilísimo) , mientras que los scones no requieren de este paso. Como consecuencia, los biscuits se caracterizan por tener una textura más hojaldrada y «resistente», tienen como capas, mientras que los scones tienen más miga y se desmigajan más (no van tan bien para mojar en salsas por ejemplo).
Notas sobre los Ingredientes para Esta Receta de Biscuits Americanos
Aunque cocine a menudo, no puedo dejar de sorprenderme cuando con con tan pocos ingredientes se puede hacer magia así. Al final de todo tienes la receta detallada con las cantidades para hacer esta receta de biscuits americanos, pero aquí te dejo algunas notas sobre los ingredientes e ideas de sustitución.
- Harina: necesitamos harina de trigo normal, de todo uso (no harina de fuerza).
- Levadura Química (polvos de hornear): agente leudante que reacciona con el calor y te permite conseguir unas biscuits más altas y esponjosas.
- Bicarbonato de Sodio: un empujón extra para acompañar la levadura. El bicarbonato reacciona con los ácidos y el buttermilk lo es.
- Sal: realza los sabores y sin ella te quedarían unos panecillos muy sosos.
- Azúcar: ayuda con la caramelización y a que quede un interior más tierno, aquí no aporta dulzor como tal.
- Mantequilla: es lo que te va a permitir que te quede un panecillo hojaldrado. Intenta que sea de calidad, ya que aquí su sabor manda. Puedes usar con o sin sal al gusto en este caso. Yo prefiero sin sal y añadir la sal a parte. Si usas mantequilla con sal, no añadas sal extra.
- Buttermilk (suero de mantequilla): es la clave para conseguir unos biscuits tiernos, ligeramente abizcochados, a la vez que laminados, gracias a tener menos contenido graso que la leche entera o la nata. En el apartado de preguntas frecuentes te he dejado como hacerlo casero.
Macerar las Fresas para El Relleno de Fresas con Nata
Como las fresas están de temporada y tenía una caja para rematar (con el calor que hace no aguantan casi nada), pues decidí acompañar los biscuits americanos con este clásico. Un truco para que las fresas suelten todo su jugo y puedas empapar bien los biscuits con él es macerarlas.
Para hacerlo solo tienes que mezclarlas con un poco de azúcar y/o vinagre y un poco de tiempo. Tanto el azúcar como el vinagre ablandan la fresa haciendo que esta suelte sus jugos e intensifican su sabor natural. El azúcar aquí realmente no endulza (se echa muy poco), pero con la maceración el dulzor de las fresas se concentra y parecen más dulces. De echo, esta técnica va genial si tienes fresas un poco verdes o no muy gustosas.
¿Y por qué pasa esto? Tanto el vinagre como el azúcar son higroscópicos, es decir, tiene capacidad para absorber la humedad del medio en el que están y por eso «sacan» el agua de las fresas y se crea esa especie de sirope de fresa. Como más tiempo maceres las fresas, estas además se van a ir ablandándose, creando como una especie de mermelada con tropezones gruesos.
En resumen mezcla las fresas con una azúcar y vinagre y ¡magia! Y si me preguntas por tipo de vinagre, a mi me gusta como le queda el vinagre balsámico pero usa el que quieras o incluso zumo de limón o de naranja que son ácidos también y te permiten conseguir el mismo efecto.
Como Ensamblar los Biscuits con las Fresas con Nata
Mi forma favorita de montar estos biscuits americanos con las fresas maceradas y nata es como si fuera un relleno. Parto los biscuits por la mitad con las manos (al tener capas, se separan sin problemas). A continuación me gusta poner la nata montada primero sobre la parte inferior y hacerle un pequeño hueco en el centro para poner bien las fresas y que no se desparramen tan fácilmente por los lados. Finalmente pongo las fresas y termino con una cucharada de sus jugos para que quede un montadito más chulo y con más sabor.
Tema comértelo por cierto, puedes hacerlo como si fuera un bocadillo o con cubiertos. ¡Totalmente al gusto!
Trucos y Consejos para unos Biscuits Perfectos
El secreto para conseguir unos buenos biscuits americanos no está tanto en la lista de ingredientes como en la técnica. La receta es sencilla y rápida, pero es importante tener los siguientes puntos en cuenta para que te salgan realmente increíbles: crujientes por fuera y dorados, tiernos en el centro, con capas gracias a la mantequilla.
- Parte de ingredientes muy fríos (tanto el buttermilk, como la mantequilla e incluso la harina si quieres, que vengan de la nevera o si la nevera no enfría suficiente mételos 10-15 minutos al congelador para que endurezcan bien sin que se congelen). Y no saques los ingredientes de la nevera hasta que los vayas a usar: yo mido primero el buttermilk y la mantequilla, los devuelvo a la nevera (o congelador según su temperatura) y entonces mido el resto.
- No sobreamases, simplemente queremos juntar todos los ingredientes como ves en el vídeo. Si sobreamasamos, los biscuits quedarán duros y apelmazados.
- Una vez hayas incorporado el buttermilk, vamos a laminar la masa para conseguir un efecto aún más hojaldrado. Simplemente divídela en 3 o 4 partes, pon una encima de la otra y vuelve a aplastar/estirar. Gira 90º y repite el proceso 2 veces más.
- Deja que la masa repose en la nevera para que la mantequilla vuelva a coger consistencia. Esto hará que cuando la metas al horno la mantequilla, al derretirse, suelte su agua en forma de vapor, lo que creará bolsillos de aire que a su vez dan como resultado capas como si fuera hojaldre. Si no está fría, este efecto se minimiza y como resultado te quedarán unos biscuits como si fueran bizcochitos. Este reposo además permitirá que se relaje el gluten y que no te queden unos biscuits apelmazados.
- Si hace mucho calor puede que necesites refrigerar la masa después de echar el buttermilk y antes de darle forma. En relación a los dos puntos anteriores, queremos mantener los trocitos de mantequilla enteros para luego conseguir ese efecto hojaldrado. Con media hora debería de ser suficiente en este punto.
- Una vez cortada la masa en porciones para cada biscuit, de nuevo, si ves que se te ha ablandado mucho por el calor, refrigérala media horita antes de hornearlos.
- Corta la masa en cuadrados y rectángulos, no en círculos (aunque también es muy típico), así no te sobra masa que luego tengas que rejuntar. Los biscuits resultantes de rejuntar masa nunca quedan tan bien hojaldrados.
- Para que los biscuits tengan todos los lados bien laminados después de hornearlos y no hagan efecto acordeón, puedes cortar una capa fina de los bordes del rectángulo grande de masa antes de cortarla en porciones.
- Asegúrate de que el horno está correctamente precalentado para que al meter los biscuits haya un buen golpe de calor y la mantequilla se derrita bien, consiguiendo unos biscuits americanos altos. Si no está bien precalentado, los biscuits se te pueden desparramar un poco y te van a quedar más bajos.
Cómo Conservar Estos Biscuits Americanos
Si te sobran biscuits ya horneados, consérvalos en un recipiente hermético en la nevera hasta 2-3 días. Nunca estarán como recién hechos pero cuando vayas a comerlos de nuevo te recomiendo que, o bien los recalientes en el horno unos minutos si por casualidad lo tienes encendido, o bien en una sandwichera. También puedes partirlos por la mitad y tostarlos en la tostadora (ten en cuenta pero que al tener mantequilla, la tostadora puede mancharse un poco, como cuando tuestas un cruasán).
Algunas Preguntas Frecuentes
¿Puedo preparar los biscuits con antelación?
Puedes preparar la masa con antelación pero no te recomiendo que la hornees, los biscuits como están realmente buenos es recién hechos. Si haces la masa con antelación tienes 2 opciones:
- Refrigerar el rectángulo bien envuelto en papel film hasta 48 horas. En el momento que quieras disfrutar de los biscuits, precalienta el horno, corta el rectángulo en porciones y hornéalas.
- Congelar la masa, ya sea en el rectángulo bien envuelto en papel film o en porciones. En este caso puedes descongelar la masa primero en la nevera la noche anterior o puedes hornear los biscuits directamente congelados. Si haces lo segundo, ten en cuenta que van a necesitar unos 5-8 minutos extra en el horno.
¿Puedo preparar las fresas con nata con antelación?
Las fresas las puedes preparar el día de antes sin problema: como más tiempo se maceren, más jugo van a soltar. Ten en cuenta pero que si las dejas mucho tiempo al final van perdiendo estructura como te comentaba en apartados anteriores. Consérvalas en un recipiente tapado en la nevera.
En cuanto a la nata, te recomiendo montarla antes de servirla para que esté en su punto perfecto. Como la vamos a montar en picos suaves, de un día para otro para mi gusto no aguanta bien y montarla al momento son 2 minutos.
No encuentro buttermilk (o suero de mantequilla), ¿qué hago?
El buttermilk antiguamente era el suero que sobraba cuando se hacía mantequilla. A día de hoy, ya se hace la versión industrial (que no es mala, no te preocupes 🙂 ) y lo venden aquí en España en supermercados como Aldi. Si no encuentras buttermilk (o suero de mantequilla) lo puedes hacer de la siguiente manera:
- Para esta receta, mezcla 260 ml de leche entera con una cucharada de zumo de limón o vinagre. Remueve y deja que se asiente durante 10 minutos. La leche se va a cortar y esto es esperado. Usa esta mezcla en lugar del buttermilk.
¿Puedo pincelar los biscuits americanos con huevo?
¡Sí! Esto te dará un resultado dorado como al pincelarlos con buttermilk, pero más brillante. Como me sobraba buttermilk al hacer la receta he preferido pincelarlos con él, en lugar de usar un huevo del que me habría sobrado algo seguro.
Si como yo los pincelas con buttermilk, puedes pincelarlos con un poco de mantequilla derretida al sacarlos del horno para un efecto más brillante.
¿Por qué los biscuits no me suben?
Puede haber varios motivos por los cuáles estos biscuits americanos no te suben:
- Asegúrate de que tienen un grosor de entre 2,5 cm – 3 cm para empezar.
- Los agentes leudantes, el bicarbonato de sodio y/o la levadura química (polvos de hornear), podrían haber caducado o estar pasados. Para comprobarlo:
- Levadura química: al reaccionar con el calor, tendremos que mezclar una cucharadita con agua caliente. Si burbujea es que está bien, sino es que está caducada y no va a hacer ningún efecto.
- Bicarbonato de sodio: al reaccionar con los ácidos, tendremos que mezclar media cucharadita con una cucharada generosa de vinagre. Si burbujea es que está bien, sino es que está caducado y no va a hacer ningún efecto.
- Los trozos de mantequilla sean demasiado gruesos. Tienen que quedar de tamaño como de guisante grande como mucho o si son trozos anchos, tienen que ser finitos a nivel de grosor.
- La mantequilla estaba demasiado blanda antes de hornear los biscuits. Asegúrate de que la masa tenga consistencia antes de hornearla como te comentaba en el apartado de consejos.
- El horno no estaba a la temperatura correcta. Aunque tú hayas puesto el marcador de temperatura donde toque, a menudo los hornos no calientan lo que indica, por eso te recomiendo siempre usar un termómetro de horno, es infalible y baratísimo.
¿Puedo usar otro relleno?
¡Sin problema! Puedes rellenar los biscuits americanos con otra fruta, no poner nata, hacer un relleno salado… O usarlos simplemente para acompañar o para desayunar con mantequilla y mermelada.
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Vídeo Receta
La receta detallada en formato imprimible la tienes justo debajo.
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Biscuits Americanos con Fresas con Nata
Ingredientes
Para los Biscuits
- 230 g de mantequilla - muy fría
- 425 g de harina - normal, de todo uso
- 1 cda de levadura química - polvos de hornear
- 1/4 cdta de bicarbonato de sodio
- 1 cdta de sal
- 2 cdtas de azúcar
- 270 g de buttermillk - más extra para pincelar los panecillos (o puedes usar leche). Tiene que estar frío. Ver notas para hacer un sustituto casero (si puedes es preferible usar el del súper).
Para las Fresas con Nata
- 250 g de fresas - lavadas y secadas
- 1 cda de azúcar - del tipo que quieras
- 1 cda de vinagre - a mi me gusta usar vinagre balsámico. También puedes usar zumo de limón o de naranja.
- 200 ml de nata para montar - nata con un contenido de materia grasa mayor del 35%
- 2 cdtas de extracto de vainilla - o vainilla en pasta o el interior de 2 vainas de vainilla
Instrucciones
- Corta la mantequilla a dados y devuélvela a la nevera mientras pesas el resto de ingredientes y mezclas los ingredientes secos.
- En un bol grande, mezcla la harina con la levadura química, el bicarbonato, la sal y el azúcar.
- Añade la mantequilla a la mezcla de ingredientes secos. Mezcla con las manos para recubrir todos los dados de mantequilla con la harina y ve apretando los trozos de mantequilla con los dedos para que se aplasten y queden como discos grandes. Si algún trozo te queda del tamaño de un guisante está bien también, lo que no queremos son trozos de mantequilla ni demasiado grandes ni demasiado pequeños. Mientras vas chafando la mantequilla ve mezclando para que esta esté recubierta siempre de harina. Si hace mucho calor o tus manos han desprendido mucho calor y notas que la mantequilla está muy blanda, congela el bol con la mezcla durante 15 minutos para que la mantequilla vuelva a coger consistencia antes de añadir el buttermilk.
- Una vez tengas la mantequilla chafada/desmenuzada, añade el buttermilk, que tiene que estar muy frío, en dos partes. Añade la mitad, mezcla hasta integrarlo y añade la mitad restante. Es de esperar que no se haga una bola de masa, no te preocupes, solo queremos mezclar hasta integrarlo.
- Vierte la masa sobre la superficie de trabajo y usa tus manos para juntarlo todo sin amasar demasiado – no queremos amasar para que se mantengan los trocitos de mantequilla y no se derritan. Haz un cuadrado de unos 2,5-3 cm de grosor y con una rasqueta o cuchillo divídelo en 4. Pon los trozos, uno encima de otro sin rotarlos y vuelve a aplastarlos haciendo un cuadrado de 2,5-3 cm de grosor. Gira el cuadrado 90º y vuelve a repetir el mismo proceso. A mi me gusta terminar de aplastarlo esta segunda vez con un rodillo para que la superficie quede bien lisa, si hace falta espolvoreo un poco de harina para que no se pegue.
- Envuelve la masa en papel film y si hace falta termina de darle forma ayudándote de la rasqueta y rodillo. Llévalo a la nevera durante mínimo media hora para que vuelva a coger consistencia (si tu nevera no enfría demasiado, probablemente necesitará mínimo 1 hora).
- Mientras la masa está en la nevera, puedes aprovechar para preparar las fresas. Córtalas en rodajas y mézclalas con el azúcar y vinagre en un bol. Tápalo y conserva en la nevera hasta el momento de servir.
- Cuando queden 15 minutos para hacer los biscuits, precalienta el horno a 220ºC calor arriba y abajo sin ventilador (200ºC con ventilador).
- Cuando la masa haya vuelto a coger consistencia, sácala de la nevera y, opcionalmente, recorta los bordes (esto permite que los biscuits "suban rectos" en el horno y que no hagan como efecto acordeón por un lado. Corta la masa en 9 cuadrados y transfiérelos a una bandeja de horno forrada con papel de horno. De nuevo, si ves que se han ablandado mucho, puedes congelarlos durante 15 minutos para que vuelvan a coger consistencia antes de hornearlos. En caso de duda, siempre refrigera/congela unos minutos.
- Pinta los biscuits con buttermilk y hornéalos, en el nivel medio del horno, de 25 a 35 minutos hasta que estén dorados.
- Mientras los biscuits se hornean, en un bol mezcla la nata fría con la vainilla y móntala a picos suaves preferiblemente (la textura es más suave y no tan aireada como si hubiera montado del todo). Consérvala en la nevera hasta el momento de servir.
- Cuando los biscuits estén listos, deja que se entibien y sírvelos inmediatamente. Puedes servirlos ya montados con la nata y fresas o con todos los componentes por separado. Si los sirves montados, pártelos por la mitad con las manos, pon un par de cucharadas de nata sobre la parte inferior haciendo un hendidura en el centro y a continuación pon las fresas con una cucharada de los jugos que hayan soltado. Tapa con la otra mitad y sirve. ¡A disfrutar!
Notas
- Las medidas cucharadas (cdas) y cucharaditas (cdtas) son de las cucharas medidoras estándar (1 cda = 15 ml, 1 cdta = 5 ml).
- Buttermilk casero: Para esta receta, mezcla 260 ml de leche entera con una cucharada de zumo de limón o vinagre. Remueve y deja que se asiente durante 10 minutos. La leche se va a cortar y esto es esperado. Usa esta mezcla en lugar del buttermilk.
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Qué maravilla de receta!!! Muy fácil y resultona, me ha encantado!! Muchísimas gracias por publicarla 🙂
Solo un apunte, podrías poner la temperatura y modo de horneado?? Yo las he tenido como 15 minutos con calor solo por abajo y luego he puesto también calor arriba y ventilador, a 180°C, unos 10 minutos más.
Gracias de nuevo!!!
Hola Janet! En el punto 8 está indicada la temperatura y modo de horneado, pero en el punto 10 voy a especificar más en concreto que hay que ponerlos en el centro (nivel medio). Gracias por el feedback!